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jueves, 7 de julio de 2011

Entrevista a Juan B. Ambrosetti


Periodista (P): Buenas tardes Sr. Ambrosetti, es un honor conocerlo

Ambrosetti (A): Buenas tardes, muchas gracias

P: Usted es un gran paleontólogo, arqueólogo e historiador, una de las mentes más brillantes en el campo de las ciencias naturales, dígame ¿Quién lo influenció, quién fue el que le dio el empujón hacia ese camino?

A: Bueno, uno de los que más me impulsó en esa dirección fue Eduardo Holmberg, un gran naturista, del que fui discípulo. Bajo la dirección del Profesor Pedro Scalabrini, me interesé en  las ramas de la zoología y la paleontología, lo que me permitió colaborar con el Museo de Paraná organizando la sección de Paleontología, y en Buenos Aires, donde Ameghino me designó al frente de la sección Arqueología del Museo de Historia Natural.

P: Cuando se menciona su nombre, enseguida nos viene a la mente el Museo Etnográfico, la primera institución dedicada a la arqueología en el país ¿Cómo surgió este establecimiento? ¿Cuál es su organización?

A: En 1906, cuando me desempeñaba como profesor de Arqueología Americana en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, fundé y organicé integralmente el Museo Etnográfico y comencé aportando mi colección personal de más de 20 mil piezas arqueológicas. El Museo está orientado en dos direcciones: por un lado, a la investigación y a la formación universitaria superior y, por el otro, a la educación del público en general. La primera causa estuvo encarnada en los trabajos en el noroeste argentino. Para la segunda, construyeron colecciones que presentaran un panorama universal de las sociedades primitivas.

P: Fue realmente un proyecto muy ambicioso ¿Cómo lo logró?

A: Para esto, tuve que financiar viajes e investigaciones, fomentar las donaciones y conseguir piezas arqueológicas fundamentalmente.

P: ¿Cuáles eran sus objetos de estudio fundamentalmente?

A: Estudié las costumbres y creencias de las culturas precolombinas y gracias a ello encontré ciudades prehistóricas como La Paya, en Salta.

P: A pesar de todo, en esa época, la arqueología nacional no estaba en su punto más álgido ¿A qué debemos su desarrollo?

A: En 1908 las extensas investigaciones arqueológicas que venía realizando desde tiempo atrás en el noroeste argentino, dieron fruto, en Tilcara pudimos identificar una antigua población indígena. Desde entonces, en aquel lugar de la Quebrada de Humahuaca, se realizaron excavaciones en forma prolongada y sistemática que aportaron un rico material tanto arqueológico como antropológico, con grandes revelaciones de toda una cultura antigua. Este hecho significó una piedra fundamental para la naciente arqueología nacional.

P: Su obra multifacética comprendió una enorme gama de estudios históricos, etnográficos, lingüísticos, arqueológicos y antropológicos ¿Qué tipos de trabajos estaban incluidos en ella?

A: En ella se incluyen trabajos sobre supersticiones y leyendas, sobre historia, lenguajes indígenas o utilización de metales en la zona de los valles calchaquíes.

P: Usted es, como se dijo anteriormente, el pionero del estudio del folklore nacional, siendo así ¿Cómo lo definiría?

A: Personalmente definiría al folklore como "el conjunto de tradiciones, leyendas, creencias y costumbres de carácter popular, que definen la cultura de una determinada región".

P: Sr. Ambrosetti, muchísimas gracias, ha sido un gusto

A: Igualmente

miércoles, 29 de junio de 2011

Anclaje, Relevo y Plano



Anclaje:
TOBAS. La Comunidad qom corta la 9 de Julio y Avenida de Mayo. 


Relevo:
Aborígenes formoseños realizan un corte en la 9 de Julio y Avenida de Mayo en reclamo de justicia y de sus derechos a la tierra que figura en la Constitución Nacional.
 


Plano: Plano Americano










Anclaje:
El desierto de Atacama



Relevo:
El desierto más árido del planeta que se encuentra en el norte de Chile reúne inimaginables escenarios naturales, leyendas y rastros arqueológicos de los pueblos originarios y el increíble espectáculo que ofrecen, por la noche, el cielo y sus estrellas.



 Plano: Plano Detalle

martes, 21 de junio de 2011

Casi en el olvido (Nota de oipinión)


Uno de los cambios más importantes de la reforma constitucional de 1994 es el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios. Pero a pesar de ello, la mayoría de las comunidades indígenas del país atraviesan graves problemas.
Las dos cuestiones principales que son dejadas de lado por las autoridades son las condiciones de vida, cuyo deterioro llega a provocar casos de desnutrición y hambre, y el acceso a la tierra.
En el norte del país, viven unos 80 mil wichi en condiciones sumamente precarias, por la deforestación del medio ambiente que les impide acceder a los recursos de vida de los que han dispuesto desde tiempos precolombinos. En esa área que atraviesa las provincias de Salta, Chaco y Formosa son muchos los chicos con desnutrición crónica y varios de ellos han muerto últimamente. La frágil atención por parte del Estado ha sido, en estos años, una manera de mantener a esta población bajo condiciones humillantes en las que ningún ser humano debería encontrarse.
Por otro lado, está el problema de la negación de los derechos sobre tierras, que ha merecido diversos pronunciamientos internacionales. El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, señaló, precisamente, que “el gobierno nacional no contesta. El gobierno de la provincia no contesta. La Justicia no avanza”.
La negación de derechos se traduce, mientras tanto, en condiciones de vida dramáticas de las comunidades postergadas.
Los aborígenes siguen sin tener respuestas del Estado sobre sus derechos a la tierra y condiciones de vida dignas.

Nacimiento del inciso 17 (Crónica)


La lucha por el reconocimiento de sus derechos a la identidad y autogobierno de los pueblos no terminaron, desde la conquista española a nuestros días ellos siguen defendiendo sus tierras y el pleno derecho al manejo de los recursos naturales. Estos pueblos han visto en el desarrollo capitalista una agresión incesante a su territorio y con ello a todo aquello que hace posible el desarrollo de su cultura, es decir, su forma de vida, la cual se encuentra en muy relacionada con su entorno natural. Sus protestas han sido frecuentes y es desde aquellos tiempos que se puede observar un creciente proceso de organización y visibilidad pública de sus reclamos.
La Constitución de 1853 fue uno de los elementos fundamentales de nuestra Nación.  En el artículo 67 inciso 15 de la Constitución Nacional de 1853 establecía, en referencia a las atribuciones del Congreso: "Proveer a la seguridad de las fronteras; conservar el trato pacífico con los indios, y promover la conversión de ellos al catolicismo". Ahí, los Pueblos Indígenas no tenían espacio, el propósito era un país poblado de inmigrantes europeos; situación que que provocó, políticas de exterminio y/o de "integración" violenta, basadas en las premisas constitucionales de "proveer a la seguridad de las fronteras", "el trato pacífico con los indios" y "su conversión al catolicismo". Esa Constitución condenó de muerte a los Pueblos Indígenas y con ellos, a cada una de sus culturas.
Hasta la reforma de 1994, hubo períodos en los que estos pueblos, desde la marginalidad adquirida, resultaron “favorecidos” por ciertas políticas estatales -principalmente al otorgarles algunas tierras. También hubo seis reformas constitucionales a lo largo de los años (1860, 1866, 1898, 1949 1957 y 1972).
Ya en 1994, y con la seria intención de una reforma constitucional, se montó la idea de incluir el reconocimiento a los Pueblos Indígenas. Con ella y con la incorporación de los instrumentos internacionales que tienen jerarquía constitucional, hay un cambio esencial en la recepción de los derechos indígenas y en las obligaciones del Estado frente a esta problemática.
 Art. 75 un inciso 17 dice:
"(Corresponde al Congreso:) 17. Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones.” 

martes, 14 de junio de 2011

Pueblos Originarios – Chaco (Noticia)

Antes de la conquista española, la región del Chaco era habitada por tobas, mbayaes, payaguaes, pilagaes, mocovíes y abipones. De estos grupos actualmente sobreviven los mocovíes, tobas y pilagaes en Chaco y Formosa. Eran primordialmente cazadores y recolectores. Estaban integrados en un sistema social de clanes, liderados por un cacique. Eran fundamentalmente recolectores de frutos (algarrobo, chañar, mistol, tusca, higos de tuna y pequeños ananás silvestres), practicaban la caza fuera de la estación más propicia para la pesca.
Con el paso del tiempo estas tribus fueron desplazadas de su territorio. En la actualidad son zonas de mucha miseria . Sus enfermedades se deben a la pérdida de su territorio –y con él, sus modos de vida. De la falta de saneamiento ambiental, agua potable y letrinas; a la ausencia de proyectos educativos y laborales. En ese sentido, el gobernador Juan Manuel Urtubey tiene razón: es un problema cultural. De la cultura de los gobernantes, que siempre los excluyeron de sus planes.